jueves, 25 de septiembre de 2008

Un trabajo decente para un futuro mejor. Rafael Recuenco

Hace apenas unos días, un informe sobre la pobreza en España nos alertaba sobre la situación de necesidad en la que viven casi un millón de valencianos y valencianas: uno de cada cuatro menores y uno de cada tres mayores de 65 años vive por debajo del umbral de pobreza moderada, con ingresos que apenas superan los 6.000 euros anuales, y eso teniendo en cuenta que, en los últimos años, se ha producido un importante crecimiento económico en la Comunitat.

Dicho informe contrasta con el notable incremento en la renta per cápita registrado en la autonomía en los últimos años, renta que en 2007 superaba los 21.000 euros. Aunque esta estadística es un poco engañosa, ya que no es lo mismo lo que tiene cada uno, que dividir el conjunto de la riqueza por las personas que habitan en el país. Sin embargo, cada cierto tiempo, el gobierno de turno saca pecho a expensas de ella.

Algo similar ocurre desde un punto de vista mundial, la riqueza crece, pero se reparte entre unas pocas manos, mientras que muchas personas viven, no ya con lo justo, sino entre miseria, totalmente desprotegidos y lo que es peor, sin la más remota posibilidad de alcanzar un empleo con derechos que les permita mirar al futuro con cierta esperanza.

Desde el movimiento sindical siempre hemos considerado que el empleo digno, con derechos, es la herramienta fundamental del avance personal y social, y, en consecuencia, la Confederación Sindical Internacional ha convocado la Jornada Mundial por el Trabajo Decente para el próximo 7 de octubre, la primera de las movilizaciones que el sindicalismo protagoniza a escala planetaria.
Dicha Jornada es una respuesta a los efectos más nocivos de la globalización, que sin duda, también ha aportado grandes beneficios, pero la cuestión radica en que estos beneficios no se están repartiendo de manera equitativa, ni entre los países, ni dentro de los países.

La perspectiva en los países desarrollados presenta elementos preocupantes, ya que las rentas salariales tienen cada vez una participación menor en la renta nacional, la precariedad está aumentando, así como la informalidad y la siniestralidad laboral. Bajo el pretexto de la competencia internacional en Europa se están poniendo en cuestión derechos sociales, una situación que se evidencia con la pretendida revisión de la Directiva de Tiempo de Trabajo y las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE que favorecen el dumping laboral.

Ante esta situación, la Confederación Europea de Sindicatos, de la que forma parte la UGT, ha decidido que la Jornada Mundial por el Trabajo Decente se centre en nuestro continente en la exigencia de la modificación radical o en la derogación de la Directiva de Tiempo de Trabajo.
Por ello, en las principales ciudades de la Comunitat Valenciana el movimiento sindical se concentrará para mostrar su repulsa ante el retroceso que supone esta Directiva. Estamos hablando de una norma que, en caso de ser aprobada, permitirá una jornada laboral casi eterna que puede llegar a alcanzar las 89 horas, lo que a juicio de la UGT-PV supone un paso atrás que no tiene precedentes en el camino de la integración europea.

Por otra parte, la situación en los países en desarrollo es más que preocupante, millones de personas trabajan en condiciones de esclavitud, cientos de millones de niños y niñas no pueden recibir una educación, pues están trabajando, dos millones de personas mueren a causa de accidentes y enfermedades profesionales cada año.

En definitiva, esta Jornada Mundial trata de universalizar y generalizar el trabajo decente, trabajo con contrato, salario digno, protección social básica, derechos para organizarse y sindicarse, cuestiones que hasta el momento eran normales en Europa y que hemos de defender por que a veces, la realidad desmiente a los más inveterados optimistas y nos recuerda que no basta creer en que el trabajo ha de ser digno para que exista, sino que hay que reclamarlo y defenderlo.

Firmado: Rafael Recuenco Montero, secretario general de la UGT-PV.
Publicado en "Las Provincias"

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