En octubre, el Parlamento Europeo votará la Directiva de Ordenación del Tiempo de Trabajo, que bajo ese título debería ser otra de las conquistas del Modelo Social Europeo, modelo que se ha ido construyendo desde 1957, y que ha permitido un gran progreso y avances para sus ciudadanos. Ese modelo que es el orgullo de Europa y, hasta hoy, la envidia de los trabajadores y trabajadoras del mundo entero.
Pues bien, para la UGT y para cualquiera que sepa leer, esta Directiva, se enfrenta claramente al proyecto Social Europeo, ya que resquebraja uno de los objetivos que establece el Tratado en su artículo 136: la Comunidad y los Estados miembros tienen como objetivo la mejora de las condiciones de vida y trabajo. Las semanas con jornadas de 48, 60 y 65 horas pondrán fin a nuestro sistema de relaciones laborales, la jornada ya no será de 8 horas, ni la semana de 40. Si se aprueba la Directiva, el tiempo de trabajo se contará en periodos mucho más amplios, de 3 y 4 meses y durante ese tiempo se podrá trabajar hasta 89 horas seguidas, a las que seguirán, no se sabe bien cuando, otras de descanso compensatorio.
Pues bien en la UGT-PV tenemos muy claro de que ya es hora de que nos movilicemos contra esta Directiva, que desde Bruselas nos quieren imponer. El Parlamento Europeo es el último lugar donde pararla, después de que muchos de los gobiernos europeos hayan votado a favor en el Consejo. España votó contra, pero su voto no es más que un voto, que no le exime de su cumplimiento, puesto que las Directivas una vez aprobadas deben de aplicarse en todos los Estados, lo quieran o no sus gobernantes, y la Comisión Europea, podrá llevar ante el Tribunal de Justicia al Estado que no la trasponga a su derecho nacional, que recibiría una sanción por ello.
Resumen de un artículo publicado en el mundo por Carlos Calero Jaén, secretario de acción sindical y salud laboral de la UGT-PV.
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